Cuentos a toda prisa

Dia del llibre

Hoy, sentados en la terraza de un restaurante, mientras esperaba a que mi mujer eligiera el plato, no me he podido resistir a escuchar a la pareja de al lado.

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Los gobiernos eccehomo

Leo que el atentado contra el eccehomo del santuario de Borja cumple diez años. Dicen que se ha convertido en una atracción, y se ha protegido la obra con una lámina de metacrilato, cosa que no sucede con el resto de frescos del santuario, quizá como provocación para que otras doñacecilia se animen a más restauraciones, ya que el santuario recauda 45.000 euros del ala por año tras diez años después de la fatal intervención en el fresco.

Doña Cecilia se ha convertido en el alma mater del eccehomismo. Si es cierto, como dice el último estudio Pisa, que nueve de cada diez estudiantes no distinguen entre un hecho y una opinión, este es el verano intelectual más fresco que va a vivir usted.

Doña Cecilia no entiende por qué se considera un atentado de magnitud jupiteriana su libre ejercicio de obra derivada. Had Matar (estábamos avisados con ese apellido) tampoco entiende que Salman Rushdie haya sobrevivido. Los fanáticos de VOX tampoco entienden que Arralde no existe y el asesino de Miguel Ángel Blanco no es su hijo predilecto, por tanto. Darrel Hughes, el directivo de la eccehomizada línea aérea Ryanair no entiende que existan las huelgas. Tampoco entiende que existan trabajadores.

Con esto trato de aproximarme al filósofo Gregorio Luri: “La capacidad para ver escándalos donde hay problemas es la peor contribución del periodismo”, un periodismo también *eccehomo* que pinta encima de la realidad otra monstruosa, puesto que es más diseminable en el mundo digital y, por tanto, monetizable en el real. Si el eccehomo desconchado de Elías García era el problema, la restauración de Cecilia Giménez es el escándalo. Y el escándalo es el niño mimado del conservadurismo apocalíptico.

Barcala se jacta de su eccehomo más reconocible: su sagrada familia navideña. Es un eccehomo* porque mientras se instalaba, aprobaba con Vox una ordenanza para sancionar a los sintecho. Como si la Sagrada Familia no fuera sintecho. Por cierto, me hacen llegar esta semana el Affaire Lacatus: la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de abril de 2021 por la que se condena al cantón de Ginebra por haber multado con 500 francos y cinco días de calabozo a la ciudadana rumana Violeta Sibianca Lacatus, reincidente en mendicidad.

Por otro lado, el Castillo de Santa Bárbara no se queda atrás y Mari Carmen
Sánchez lo *eccehomiza* adecuadamente. Se felicita esta semana del aumento de visitantes, y publica imágenes del feliz castillo donde se observan carpas con rótulos como Bocadillo parrilla o Mojito Club” durante el Fin de Semana del Pirata. Le ofrezco una idea: “Despedidas Medievales de Solteros”. En nada estamos compitiendo con el Misteri d’Elx.

Pero Alicante no es solo eccehomo en la programación turística. Alicante Futura es el eccehomo de Districte Digital. Así que presumo que este otoño será el de los “fatales intentos de restauración” de las grandes contratas y obras municipales. Y seguiremos asistiendo a fatales eccehomo como el de Padre Esplá, que ya se parece más a un circuito infantil de educación vial que a una avenida siglo XXI, o como el de las aceras de la ciudad, que se quedarán igual, como ha pasado en los proyectos de la calle Ceres o de la avenida Aguilera. Presumo que pasará algo similar con el Centro de Congresos, con el fallido museo del ferrocarril de Benalúa Sur o con La Británica. Ni me atrevo a pensar en el PGOU. Todo, “fatales intentos de restauración”, política eccehomo monetizable electoralmente, eso sí.

Hace poco estuve en el Palau de la Generalitat. Conversé casualmente con una restauradora de sus salas. La maestra me explicó la complejidad del patrón matemático del siglo XV de unas contraventanas. Soy por definición torpe de pies, así que tropecé con una caja de herramientas y me abalancé sobre ella y sobre el bisturí con el que trabajaba la restauradora. Su agilidad impidió que terminara apuñalado por él. En el camino de vuelta, estuve pensando que no habría sido mal final morir desangrado por el bisturí de una restauradora del Palau. Afortunadamente no fue así, salí del Palau indemne, como la recién restaurada “marcha de la juventud hacia el futuro” de Josep Renau.

La marcha de la juventud hacia el futuro, de Josep Renau
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Caníbal ayuso

Isabel Díaz Ayuso, EFE/Juan Carlos Hidalgo
Isabel Díaz Ayuso, EFE/Juan Carlos Hidalgo

A principios de 1976, el tercer gobierno de la monarquía restaurada y penúltimo del régimen predemocrático presidido por Carlos Arias Navarro iniciaba una campaña sobre la restricción energética cuyo lema era “Aunque usted pueda pagarlo, España no puede”. Aquel anuncio en el que un hombre se quedaba sin combustible, se bajaba de su turismo y realizaba el resto del trayecto hasta su oficina por la M30 a pie, progresando entre decenas de turismos abandonados en la calzada, con sus inservibles retratos de familia de “Papá no corras”, era una mezcla visual de aquellas superproducciones de desastres naturales de los setenta y el relato La Autopista del Sur de Julio Cortázar. Aquel anuncio hecho con la colaboración del Centro de Estudios de la Energía nos solicitaba que camináramos o usáramos el transporte público, y los españolitos no rechistaban al gobierno, faltaría más.

Aquella campaña pertenecía al último de los gobiernos de Arias Navarro, que llevaba presididos tres en solo año y medio, encargado de taponar la crisis energética de 1973 que ya sufría el resto del mundo a causa de la guerra del Yom Kippur. Así, se intentó vadear la crisis con cuatro gobiernos en dos años antes de las elecciones generales. El último de ellos, encargado por Juan Carlos de Borbón a Adolfo Suárez.

En esos primeros meses de 1976, la inflación subió hasta el 20,09% (mayo) y la inflación media anual fue del 17,56%. La inflación media anual subió en los años siguientes hasta el 24%, y no bajó a un dígito (8,09%) hasta 1985, colocándose por primera vez en el nivel alcanzado en 1972, antes de la crisis petrolera, pero lejos de la deflación de finales de los sesenta.

En aquella época, parte de Europa vivía en el recrudecimiento del terrorismo: Italia luchaba contra los “anni di piomb; Alemania, contra la Rote Armee Fraktion. Dos años después, se produjo el asesinato de Aldo Moro, que había sido  presidente del Consejo de Ministros de Italia, y el del fiscal jefe alemán Siedfrieg Buback.

En otros continentes, se sumaban dictaduras militares a las aparecidas en los años cincuenta y sesenta: en Chile, Pinochet; en Uruguay, Bordaberry; en Argentina, Videla. Sin embargo, y quizá por primera vez, se hacían populares en Europa las tiranías africanas. Seguramente gracias a que desde 1970 la consigna de Richard Nixon fue practicar el “realismo político” en África como parte de la geoestrategia estadounidense. Fue así como a partir de 1970, Washington apoyó tácita o explícitamente a dictadores brutales como Bokassa, Mobutu, o Idi Amin, tal como describe el profesor Carlos Sánchez Hernández de la UCM.

Hoy, Europa se enfrenta al desafío de una actualizada extrema derecha negacionista. Es conocida la frase de Mark Twain “La historia no se repite, pero rima”. Ayuso ha forzado al PP a retirar su apoyo al plan de ahorro energético del Gobierno solo doce días después de que Feijóo dijera “que era imprescindible”. No existe en Ayuso ningún interés general, su único método, como en la crisis pandémica, es el canibalismo. Mientras Ayuso juega a ser Mobutu Sese Seko, o Idi Amin Dada, mientras practica ese canibalismo político como un Jean Bedel Bokassa, mientras cocina a los suyos como Bokassa se alimentaba del único matemático de su país, Feijóo hace el ridículo.

Jóvenes de París, Montpellier y cada vez más ciudades apagan estas noches los luminosos de las grandes corporaciones al grito de Éteignez la lumière! Esos jóvenes no se movilizan solo por la crisis energética y contra el cambio climático. Se movilizan también por su futuro.

La invasión rusa a Ucrania supone una guerra económica que nos afecta directamente, y en la que estamos comprometidos en el seno de la Unión Europea. Una de las armas que utiliza Putin es el chantaje de los recursos energéticos. Si queremos ganar esta guerra, la mejor arma quizá sea la máxima eficiencia en la utilización de los recursos energéticos, el mejor “No a la guerra” puede que se haya convertido en nuestra capacidad personal y colectiva de ser eficientes energéticamente.

Defender lo contrario no es más que puro canibalismo: si tú puedes pagarlo, España no puede.. 

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No es ciudad para conexiones neuronales

Hace poco, aparecía en los medios la noticia de que el estudiante con la mejor nota para ser seleccionado por una universidad había decidido escoger Filología Clásica. Tengo entendido que lo quemaron en efigie en las redes sociales. Trato de no detenerme en ciertos lugares para no escuchar ciertos comentarios, por lo que así evito la tentación intervenir y desautorizarlos con mis brillantísimos argumentos. Uno de esos lugares son las redes sociales. Tampoco me detengo en esos bares repletos de seleccionadores de fútbol, académicos de la lengua, premios de economía para discutirles nada. Si esos comentarios estuvieran en los diarios, pasaría la página huyendo de ellos, no escribiría cartas a la dirección para rebatirlos uno a uno. Trato de evitar esa clase de circunstancias, igual que hago con el colesterol o el exceso de azúcar. Matan ya más personas los comentarios y los retuits citados que el consumo de grasas saturadas.

Dudo que este país desprecie las letras. Es cierto que padres y madres tienden a pensar que si su descendiente estudia ciencias le irá mejor en la vida, pero todos sabemos que no es así. En la vida te va bien o mal dependiendo de otra clase de cosas, como tomar buenas decisiones y tener suerte. Según los que estudian letras, con la suerte poco se puede hacer, salvo que te favorece si eres audaz. Según los que estudian ciencias, para tomar buenas decisiones hay que desarrollar el córtex cerebral. Y esto se hace igual resolviendo problemas matemáticos, aprendiendo solfeo o con treinta minutos de marcha en bicicleta, ya que este hábito es suficiente para mejorar el tiempo de reacción y la velocidad de procesamiento de la información en el cerebro. Pero la reina del desarrollo del córtex sigue siendo la lectura, según reputados psicobiólogos (antes de que sean contestados por superusuarios de redes). Así que cuando mis alumnos me preguntan por qué estudiamos griego clásico, les contesto que porque no siempre está el día para hacer marcha en bicicleta.

Pero para eso necesitas una ciudad que no sea un campo de minas del desarrollo personal, intelectual o simplemente neuronal, no solo urbanita. En los últimos presupuestos supimos que el ínclito concejal de Cultura destinaba 1 euro para adquisición bibliográfica en nuestras bibliotecas. En los últimos años, el Ayuntamiento no ha adquirido ni un solo ejemplar. Alguien dijo que las bibliotecas están ya atestadas de libros. Sí, vienen a consistir en eso. Incluso esas que ha cerrado el propio concejal. Estupendo que sea así, porque que se pueden renovar los anaqueles municipales cediendo volúmenes a las asociaciones vecinales con el fin de crear redes de lectura de mayor proximidad. Economía circular, que dicen. Y de paso hagamos que esos volúmenes se puedan leer bajo la sombra de un árbol, por ejemplo. Hace poco se denunciaba que este ayuntamiento nos quiere alicatar la ciudad de asfalto, hace más se denunciaba la pérdida de 5000 ejemplares arbóreos. Más o menos en esas mismas fechas, este alcalde se abstenía de la decisión del consejo del Puerto de ceder a la ciudad el Parque del Puerto.

Durante estos tres años, hemos visto cómo la concejalía de Educación devolvía o renunciaba centenares de miles de euros para actividades extraescolares porque literalmente no se le ocurría qué organizar, actividades que miles de familias no pueden permitirse pagar y, por lo tanto, no pueden utilizar para el desarrollo de su córtex cerebral. Hace meses, nosotros mismos proponíamos salas de conciliación en recintos deportivos para que las familias no tengan que elegir entre el examen del hermano o el entrenamiento de la hermana. Conozco gente que se ha sacado una carrera y unas oposiciones encerrada en su coche a la espera de que sus hijos acaben el entrenamiento. Hemos propuesto la gratuidad del transporte público para jóvenes estudiantes, aunque no se aceptó la alegación. ¿Será que la derecha pretende también exclusivizar el desarrollo del córtex cerebral humano?

Esta ciudad ofrece formidables obstáculos para la igualdad de oportunidades porque la derecha persiste en dejar “extramuros” a una parte de ella, una parte que necesita de un soporte robusto y decidido. A la derecha le va bien la ciudad dual, los amos y los siervos, los señores y el servicio. La última modificación de presupuesto atendía entre 15,11 euros por habitante de la Zona Norte y 97,72 euros por habitante de zona de playas. Y sin despeinarse.

La derecha debería leer al pensador hispano Marcus Fabius Quintiliano (35-96) y su defensa de la educación universal “también para mujeres y esclavos”. Era mucho más moderno y audaz que el Partido Popular de Alicante.

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Así discriminan PP y Cs a los distritos más vulnerables de Alicante

Esta semana se ha presentado el proyecto de modificación presupuestaria del equipo de gobiern odel Ajuntament d’Alacant en el que se describen las inversiones territorializadas de la ciudad de Alicante. Hemos hecho un estudio de cómo se distribuyen las inversiones por distritos. Los datos geolocalizados en el término municipal de Alicante ofrecen este resultado:

En el estudio se han tenido en cuenta los 14,5 millones en inversiones territorializadas declaradas por el bipartito, no se han tenido en cuenta las inversiones en las que no se especificaban los distritos afectados ni las inversiones que -en principio- se reparten en toda la ciudad (9,9 millones). Tampoco se han tenido en cuenta las modificaciones de organismos autónomos por no estar territorializados (3.708.555,33 €), ni las inversiones decididas por las Juntas Municipales 1.790.000 €. En el mapa se puede observar la distribución de los proyectos a invertir:

Y en esta otra imagen se aprecia la magnitud de inversión con respecto a cada distrito, lo que nos indica que el número de proyectos de inversión no se corresponde con la cantidad de dinero que se invierte en cada distrito, concentrándose el capital en los dos distritos mencionados. Como se puede observar, las inversiones se concentran en el los distritos 3 y 4, mientras los distritos 2 y 1 tienen una quinta parte de la inversión del distrito 4. El distrito 4 tiene a su vez una inversión más de veinte veces superior al distrito 5, distrito de las partidas rurales.

En esta imagen se aprecia más fácilmente la concentración de inversiones:

Las conclusiones son evidentes: tanto las partidas como el distrito 2 (fundamentalmente zona norte) son discriminados con respecto a la inversión en los distritos. Incluso se produce una discriminación total en barrios como Ciudad de Asís, Barrio del Cementerio, Florida Alta, Villafranqueza, Campoamor, Sidi-Ifni, Colonia Requena, Virgen del Carmen, 400 Viviendas, San Agustín, Ciudad Elegida Juan XXIII, Altozano, entre otros, donde la inversión es cero euros.

Por otro lado, tampoco las inversiones se corresponden con la densidad de población de los ditritos. El cálculo poblacional se ha realizado sobre la población de Alicante declarada por el Ayuntamiento. En la imagen se observa que los distritos más poblados no cuentan con el mayor número de inversiones, y que la mayoría de los barrios más vulnerables de esos distritos cuentan con una inversión de cero euros (Ciudad de Asís, Barrio del Cementerio, Florida Alta, Villafranqueza, Campoamor, Sidi-Ifni, Colonia Requena, Virgen del Carmen, 400 Viviendas, San Agustín, Ciudad Elegida Juan XXIII, Altozano…)

Por tanto, fácilmente podemos obtener la inversión que recibe cada habitante de cada distrito en esta modificación presupuestaria:

Según este mapa se puede concluir que un/a habitante del Distrito 4 recibe casi cuatro veces más que lo que recibe en inversión un vecino del Distrito 1, el triple de lo que reciben las y los vecinos de los Distritos 3 y 5, y por encima de cinco veces más que lo que recibe un habitante del Distrito 2:

Inversión por habitante y por distrito:

Distrito 4: 97,98 €
Distrito 3: 36,02 €
Distrito 5: 30,75 €
Distrito 1: 25,20 €
Distrito 2: 15,11 €

Conclusiones:

El gobierno bipartito pretende aprobar una modificación presupuestaria que no solo no nos aleja de cerrar la brecha socio-económica de la ciudad, sino que ayuda a abrirla.

El gobierno bipartito margina con este presupuesto a los distritos y a los barrios vulnerables y más de una quincena de barrios quedan con cero euros de inversión.

El gobierno bipartito no establece ni un solo proyecto de inversión que ayude a promover la equidad entre los distritos ni a ninguno puede ser considerado un proyecto estratégico para ninguno de lo distritos.

Con el porcentaje de cumplimiento de las inversiones de este equipo de gobierno, los distritos no verán cumplidos más que un tercio de las inversiones programadas.

Se hace muy difícil colaborar con este proyecto de modificación presupuestaria cuando lo que ha conseguido este quipo de gobierno es una ciudad con una brecha económica más honda y más injusta.

El Grupo socialista exigirá las inversiones necesarias para que Alicante sea una ciudad más equitativa con cada uno de sus barrios.

Cuentos a toda prisa

Dia del llibre

Hoy, sentados en la terraza de un restaurante, mientras esperaba a que mi mujer eligiera el plato, no me he podido resistir a escuchar a la pareja de al lado. Demasiados viajeros, demasiadas mesas en el restaurante. Ella leía la contraportada del libro que al parecer acababan de comprar en la Plaça de Baix. Él afirmaba que este era un país en el que escribía todo el mundo. “La mayor parte dice que tiene una novela entre manos, o hasta se ha atrevido a terminarla” decía con desagrado. Aquí nadie lee, pero todo el mundo escribe, siente la irrefrenable necesidad de torturarnos con una historia”, añadía haciendo girar el cuchillo sobre el mantel como si fuera una ruleta, como si este, al detenerse, designara con su punta a la persona sobre la que abalanzarse y asesinar entre los gritos y el pánico del restaurante. Ella, sin dejar de leer la contraportada del libro, le ha respondido serena pero firme que estaba convencida de que cada uno de nosotros debería tener la obligación de escribir y publicar una historia propia, que deberíamos llevar encima un ejemplar siempre de esa obra y darnos sepultura o incinerarnos con él, como nuestros ancestros hacían con sus talismanes, que así debería ser por el bien de nuestras mentes. Y entonces, ella ha dejado el libro sobre el mantel suavemente, posando la palma sobre él. Él no ha respondido, ha dado un golpe con el dedo al cuchillo y este se ha lanzado a girar velozmente hasta que ha perdido fuerza y ha acabado estático apuntando a nuestra mesa. El hombre ha seguido la dirección de su aguja y ha alzado la vista hasta encontrarse con mis ojos mirándolo. En ese momento, mi mujer se ha pronunciado por una ensalada y el carpaccio con aguacate, no sin sentenciar: deberías escribir esa historia del hombre y el cuchillo que me contaste ayer, en serio.

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Menos aplausos y más industria

Ahora que todos parecemos estar exultantes con el tercer puesto del festival de canciones de Europa, naciones vecinas, aspirantes a socios EU, NATO y antípodos, ahora que quemamos las palmas aplaudiendo a la artista, y la envolvemos en la rojigualda o en la senyera como a una Marianne, ahora que el estribillo de Chanel suena en despachos ministeriales, ¿qué tal si hablamos de la realidad de nuestras trabajadoras y trabajadores? ¿Por qué no hablamos de las kellys de la Cultura?

Este país está pendiente de una revolución industrial, o, mejor dicho, tras las dos vividas, es muy probable que llegue la tercera y la industria cultural siga esperando. Este país todavía no ha llegado a la conclusión de que la Cultura es simplemente una industria más. Muchos de mis colegas se rasgan las vestiduras cuando pronuncio esta sentencia. Pero yo insisto en que para que existan unos derechos sanitarios universales y de calidad hemos tenido que crear una industria pública y privada, y para que exista una educación universal hemos tenido que hacer lo mismo. Pero es que resulta que reclamamos unos derechos culturales cuando no nos ha dado la gana de crear una industria porque, a diferencia de muchos otros países de Europa, creemos que la Cultura es un abalorio, un canapé, un adorno, una decoración del sistema. Por eso no hay una política de estado integral sobre nuestra industria cultural, con un sistema fiscal y de Seguridad Social acorde con esa industria, con unos salarios justos, cotizaciones suficientes para no tener que jubilarse a los 90 años, con un sistema educativo que garantice un itinerario y unos estudios superiores adscritos a la Universidad, como pasa en tantos sistemas educativos universitarios de la misma Europa que se ha rendido a nuestra actriz de musicales. ¿No se han preguntado por qué este país ha incorporado a la Universidad a lo largo de la historia las viejas escuelas técnicas, la Educación Física, la Enfermería, entre otras, y ha dejado fuera únicamente las enseñanzas superiores artísticas, salvo Bellas Artes?

¿Qué tal si hablamos de una política donde todas las empresas productoras de cultura tienen un IVA reducido y no solo las empresas que imprimen libros? ¿Qué tal si empezamos a hablar de un IVA reducido de los instrumentos musicales ya que, mire por dónde, somos una potencia europea de intérpretes? ¿Qué tal si esa Europa que nos ha votado más que a nadie en su Eurovisión se le empieza a pasar por la cabeza la creación de empresas for non profit, como sucede en EE. UU? ¿Qué tal si nos damos cuenta de que tenemos un sector cultural donde sus trabajadores son eso, trabajadores, y sus empresarios son eso, empresarios?

¿Qué tal por fin un país que proteja a los trabajadores, que fomente el empleo y la creación de empresas en esa industria? ¿Recuerdan qué hacía Chanel antes de ser seleccionada para esa canción? Se estaba buscando la vida en lo que fuera. Pero consuélense, no somos el único país así. He sabido que la canción de Serbia trataba precisamente de que los artistas allí no tienen Seguridad Social, que tienen la obligación de estar sanos porque no tienen cobertura médica. ¿Saben qué ha dicho Chanel? “Le tengo más miedo a lo que venga después de Eurovisión”. Ella sabe en qué país vive. En España, hemos ido reduciendo los días de cotización por día trabajado, los empresarios han de facturar un 21% de IVA por sus producciones mientras nosotros, el respetable público, pagamos por nuestras entradas un 10%.

Este país hay una ardua tarea política que cumplir desde la izquierda con la industria cultural, con derechos de trabajadores, con el fomento de sus empresas y con la formación de sus profesionales. Y entonces, podremos hablar del estatuto del artista, de mecenazgo, podremos hablar menos de subvenciones y más de créditos ICO. O de una ley de derechos culturales.

Mientras tanto, ustedes sigan disfrutando de la decoración cultural. Sigan aplaudiendo envueltos en su bandera, discutiendo sobre si el feminismo de mamamamama era mejor que el del lololololo.

Yo, cuando hablo de cultura hablo de redactar leyes acordes al siglo XXI, de reforma de otras, hablo de empleo, de empresa, de derechos de las y los trabajadores, de formación superior y profesional, de ciencia, de responsabilidad laboral y empresarial, de industria. Hablo de que tengamos por fin una política nacional (y europea) con respecto a este sector como la que tenemos con todos los demás. Hablo de menos aplausos y más industria.

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El indecoroso estado de la Torre Ferrer

La Torre Ferrer es de propiedad municipal desde mayo de 2002, después de que se saltaran todas las normas relacionadas con la protección BIC, que impiden la construcción a menos de 50 metros. En su caso, la construcción está a cuatro metros escasos, porque para el Ayuntamiento de Alperi era más importante vender unos apartamentos con pista de tenis que el patrimonio histórico alicantino, tal como se puede observar en la foto. Que la especulación inmobiliaria no te robe nunca una buena urbanización.

La Torre de Ferrer, rodeada a cuatro metros escasos del parking y de la pista de tenis de una urbanización.

Las obras de rehabilitación de Torre Ferrer, con un presupuesto de 175.000 euros, concluyeron en diciembre de 2009. Ha sido amenazada en su integridad por actos vandálicos desde entonces, últimamente víctima de botellones, basura, maleza y grafitos.

Este es el acceso a la Torre Ferrer, vandalizado, lleno de grafitos y cubierto de maleza y basura.
Por el lado sure no está mejor, ya que los grafitos se acumulan en el entorno, el acceso no es transitable y hasta han abandonado una puerta en el recinto.
La propia torre no es respetada y está repleta de grafitos, como se puede observar en esta imagen y las siguientes.
Vista de la fachada Sur. También se puede observar el estado del recinto, impracticable y lleno de basura.

Esta es la situación actual de la Torre, abandonada y vandalizada como gran parte de nuestro patrimonio de las Torre de la Huerta gracias a la indecorosa administración del bipartito de derechas.

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El bestiario del patrimonio maldito de Alacant: Torre Placia

En 2000 el Ayuntamiento de Alperi otorga licencia para la construcción de una urbanización de 40 bungalós junto a la torre sin respetar el entorno BIC y sin permiso de la Conselleria. Seguro que fue un descuido. La Conselleria exige que se paralicen las obras, pero el Ayuntamiento sufre en aquel entonces un ataque agudo de pasotismo y no hace nada. Dos años más tarde, la Conselleria reabre un expediente sancionador por presunto atentado contra la Torre Placia, pero a Alperi le pilla negociando en La Cantera con Francis Camps la lista de sus ilustrísimos, así que tampoco.

Tres años más tarde, el Tribunal Superior de Justicia llega a las siguientes conclusiones: a) El Ayuntamiento tiene inscritas como BIC 23 torres y una de ellas es Torre Placia, b) No existe nunca ninguna edificación en un radio de cien metros alrededor de la Torre Placia, c) La urbanizadora omitió la presencia de la Torre Placia en los planos del plan parcial (no la vieron) para construir 40 bungalós, d) El Ayuntamiento aprobó el plan parcial dando por bueno que no existía la Torre Placia que tenía inscrita como BIC entre 23 torres (ahora está, ahora ya no está), e) El Ayuntamiento concedió licencia de construcción de los bungalós, f) Se requirió al Ayuntamiento la paralización cautelar, g) El Ayuntamiento no hizo ni caso.

Seis años más tarde, el TSJ anula la licencia de bungalós que el Ayuntamiento otorgó y ordenó la demolición de los bungalós. En la sentencia el tribunal acusa al Ayuntamiento de gestionar su territorio “con absoluto desprecio” a este patrimonio. Adivinen qué pasó inmediatamente después. En efecto, las obras siguieron sin el permiso de la Conselleria como si tal cosa.

Siete años más tarde, el Juzgado de Primera Instancia número 9 de Alicante exige al Ayuntamiento la acreditación de la ejecución de la sentencia de 2004, pero al Ayuntamiento por un oído le entra y por otro le sale.

Nueve años más tarde, Alperi dice que para qué nos vamos a pelear por una torre y propone un uso cultural y tan amigos. Once años más tarde el Juzgado de lo Contencioso dice que a ellos tampoco les parece mal, pero el TSJ califica de “ficción jurídica” el acuerdo de Alperi y el Juzgado y exige que esos bungalós me los quitáis de ahí en tres meses, ni uno más. Alperi recurre al Tribunal Supremo, pero el Tribunal Supremo lo manda a casita, que llueve.

Trece años después el TSJ le da un mes para el derribo y llama “negligente” a Alperi (algo por lo que Alperi sufre sin duda de insomnio desde entonces). Catorce años después se valora en tres millones de euros la expropiación de los bungalós, pero -y ahora viene lo bueno- El Ministerio de Cultura de Rajoy dice que lo que molesta ahí no son los bungalós sino la Torre, y que ya me la están poniendo en otro sitio y sella el traslado

Dieciséis años después, el Ayuntamiento acuerda la compra de la Torre por 1,7 millones de euros, pero no incluye las ruedas para desplazarla. Dieciocho años después, se adjudica el traslado de la Torre Placia, con un desembolso previsto entre compra y traslado de un millón más de lo que costaba expropiar los bungalós, Sofía Morales dixit. Veinte años después, el Ayuntamiento consigue cerrar adjudicación para el estudio de su traslado. Veintiún años después, el Ayuntamiento dice que la quitará piedra-a-piedra, mientras que el Ministerio dice que trozos-a-trozo. Veintidós años después, del mismo modo que el Ministerio de Cultura de Rajoy dice que se la lleven, Pedro Sánchez dice que ni por piedra ni por trozos, que la torre no se toca.

De haberse desplazado, habría sido un precedente europeo de terrorismo cultural de un Ayuntamiento, llámenme categórico. Alicante, de nuevo en la vanguardia de las desfachateces. Algo así solo se ha producido para abrir el Canal de Suez y ahora se habría hecho para quitarle a cuarenta propietarios de bungalós de un lugar llamado Alicante una molestia como una torre del siglo XVI. Canal de Suez y bungalós tienen una misma importancia, no lo neguemos.

El caso es que ahora somos dueños de una de las Torres de la Huerta gracias a 1,7 millones que pagamos, y que vamos a disfrutar como niños, seguro. Todo por el “absoluto desprecio”, que dijo el juez del alcalde del PP. Que no lo digo yo, que yo le habría dicho mucho más.

¿Y que ha dicho el bipartito? “¿Que no se mueve? Pues eso que nos ahorramos”. Los mismos que dicen que les parece fenomenal el restaurante en el faro de Cap l’Horta. Eso es todo lo que se le ha ocurrido al equipo de Gobierno decir. No es ciudad para esta torre, ni para otras. El caso es que Alicante ha vuelto a perder, no hemos sabido defender nuestro patrimonio histórico, como tampoco lo estamos haciendo con la Torre El Ciprés.

En cualquier caso, sí ha habido personas que han defendido este patrimonio, algunos de ellos, propietarios de torres, como lo fue en su momento el de la Torre Placia, o lo son ahora propietarios de otras, como Torre Juana, y es justo reconocérselo en el pasado como en el presente. A mí me gustaría agradecer a Alejandro Soler el interés en estos últimos años ante mi petición de SOS. Pero sobre todo y por encima de todo, me gustaría reconocer la huella documental del amigo y compañero del Consell Valencià de Cultura Gerardo Muñoz en la defensa de las Torres de L’Horta d’Alacant. A él, en gran medida, se debe esta humilde lámina del bestiario. Gerardo, sin haber nacido en Alicante, la defiende como el más alicantino, sin alharacas ni boatos, como deberíamos hacer todos de una puñetera vez.

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Carta a los fariseos

El tema principal del episodio del nacimiento de Jesús de Nazaret es la desprotección de una pareja, una familia sin trabajo y sin hogar que termina cobijándose en un establo. Es una pareja de inadaptados, de excluidos, de marginados. Todo el mundo sabe que esa pareja termina en un recinto dedicado a las bestias, y ella da a luz a su hijo allí mismo, e improvisa una cuna utilizando el recipiente en donde se alimentan los animales. No es casual que el acompañamiento en ese momento no sea la madre, las hermanas, la partera. No es nadie de la familia. El acompañamiento en el “alumbramiento” es de dos animales, hay que llegar al límite de la marginación: sin familia, sin casa, sin trabajo. Qué importa si es un establo, un cajero de un banco, una patera o los exteriores de un centro de acogimiento.

Esa historia habla de una sociedad que desprotege a los suyos y al mismo tiempo nos asegura que la persona más insignificante puede ser al mismo tiempo la persona más importante de todas, incluso el hijo de una deidad que no pertenece a este mundo (por fortuna para la deidad). Ese es el principio fundamental del relato: todos somos importantes, no importa qué tan lejos estés de la parte más elevada de la cadena económica.

Sin embargo, la razón por la que se ha colocado el belén gigante no ha sido para representar esa idea ni ninguna otra. Ha llegado un momento en que se ha banalizado toda tradición religiosa, y no importa el significado del nacimiento de Jesús, las ánimas que representan a nuestros ancestros en Halloween, o el martirio y crucifixión de un prójimo: como en la Edad Media, lo importante es cuánto vamos a recaudar. Es obsceno. Jiménez olvidó esa acepción del sustantivo cuando así tilde el caso del belén y solo se centró en la parte sexual. Él sabrá por qué.

Porque esa es la cosa: mientras se aprueba una norma para multar a los que no tienen techo, mientras se les trata de ahuyentar del lado noble y turístico con multas que no podrán pagar nunca, se utiliza torticeramente el símbolo más importante de nuestra cultura: la de aquellos que no tienen techo: María, José y su hijo Jesús. O Mariem, Jusuf y su hijo Joshua, por citar por una vez sus nombres reales.

Y no caemos en nuestro cinismo: abandonamos a los desprotegidos a su suerte colocando unos desprotegidos gigantes de cartón-piedra para llamar al máximo la atención. La atención, ¿en qué? Merece el Guinness, pero a la mayor ironía no solo de nuestra Administración Local, sino también a la del conjunto de nuestra sociedad.

Y para más escarnio de vulnerables, lo llamamos “medida de activación económica”. Igual tendríamos que pensar que cualquiera de nosotros puede quedar tan desprotegido que puede dormir en la calle al lado de tales figuras gigantes que lo representan a sí mismo, pero puede sentirse feliz porque lo es como una “medida de activación económica”. Si realmente fuéramos justos, esas figuras deberían estar en el patio del CAI; y en tal caso, deberían colgar las PCR negativas de su manto y entre los mimbres del moisés del niño Jesús. Y en la Explanada debería instalarse un conjunto de figuras representando un sínodo fariseo.

Igual así reflexionamos sobre lo que somos realmente y cuáles son nuestros fines reales. Porque el fin de este megabelén nada tiene que ver con la desprotección, con la solidaridad, sino con el interés de todos nosotros de exorcizar la idea de acabar siendo alguien a quien nadie abre las puertas, a quien nadie ofrece trabajo y termina, si tiene suerte y una PCR negativa, en un albergue.

Así que alégrense, casi es Navidad, y pronto cualquiera de nosotros puede acabar siendo una medida de activación económica.

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