Jane Auer, 1917
Se cumplen cien años nacimiento de Jane Auer, conocida por su apellido de casada, Jean Bowles. Sí, se trata del escritor Bowles. Jane escribió su primera novela en 1943 tras su relación con Helvetia Perkins. Siguió escribiendo y llegó a estrenar en Broadway, apadrinada por Truman Capote, Tennessee Williams y un joven John Ashbery. Después de algunas novelas, en 1957 sufrió un ataque que provocó su incapacidad definitiva para escribir. En 1967 fue ingresada en un psiquiátrico de Málaga. Murió en 1973. Jane está enterrada en el cementerio de San Miguel. Me imagino a Doña Jane recluida en el psiquiátrico de Málaga, ciega, atendida por una monja que le lee un western de Pearl Zane Gray publicado por Bruguera, quizá Una mujer indomable. Me imagino a Jane Auer relatándole después a la monja sus amores de juventud, aquellas mujeres con las que ella se encontraba cada noche en los bares del Greenwich Village. Pero la historia no acaba ahí. La historia avanza y pasa por los noventa, cuando Alia Luque, una estudiante de diecisiete años, paga cuarenta mil pesetas para sufragar el traslado de los restos de Jane: la concesionaria del camposanto le notifica que su escritora favorita será trasladada a una fosa común porque el viejo y abandonado recinto se clausura. La historia sigue cuando el Ayuntamiento decidió finalmente recuperar el cementerio, aunque la empresa concesionaria nunca devolvió el dinero a Alia Luque. Y finaliza en 2015, casi cien años después del nacimiento de Jane Auer, cuando se reinaugura el cementerio y la tumba de Jane (que antes solo fue un espacio de tierra con una cruz de madera) puede visitarse. En la foto de El Mundo aparece el matrimonio Bowles, aunque yo he preferido recordar esta de Jane Auer con su última pareja, la marroquí Sherifah (Amina Bakalia).